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Cómo gestionar las emociones

Las emociones son eventos internos necesarios y adaptativos para poder solventar problemas de la vida cotidiana, nos da mucha información desde una vía mucho más primitiva e instintiva. Si no hubiéramos sentido ansiedad ante la aparición de un gran tigre, ¿qué hubiera pasado? Probablemente no hubiese acabado matando. Las emociones nos ayudan a actuar, huir, luchar. El problema viene cuando estas emociones son muy intensas, tanto que nos paralizan en situaciones donde tendríamos que actuar, o la aparición de las mismas es muy frecuente e interfiere en nuestro día a día. Cómo gestionar las emociones se convierte en nuestra asignatura pendiente, ya que, aunque las emociones son una fuente de información y adaptación importante, no es una máquina perfecta ni exacta, y por ello tenemos que regularlas.

Probablemente hoy en día no tengamos que encontrarnos con un tigre para que esa emoción de miedo y ansiedad ante su aparición nos permita huir y sobrevivir. Hoy son muchas otras las situaciones que desencadenan emociones desagradables.

No necesariamente una emoción desagradable es negativa, ni una emoción agradable es siempre buena o positiva. Imaginaos que mañana tenéis una reunión importantísima con el jefe de tu empresa, y sientes bastante seguridad, tus emociones podrían categorizarse de esperanza, ilusión y alegría. Sin embargo, no te has preparado absolutamente nada la reunión. Probablemente esa emoción no nos sea adaptativa, sólo la persona cuando siente cierto grado de ansiedad es cuando se pone a preparar la reunión del día siguiente. En este caso, la ansiedad (emoción desagradable) ha sido muy útil y beneficiosa, y no ha tenido que ser una emoción muy intensa ni frecuente. Cómo gestionar las emociones en un momento dado no es nada fácil, pero empezaremos por el principio.

¿Cómo gestionar emociones y qué pasos tengo que dar?

  • En primer lugar, lo que hemos comentado. Aceptar tanto las emociones desagradables como agradables. No se trata de que luches contra ellas. Sino de que las observes y veas si tienen algún tipo de utilidad en la situación en la que te encuentras. Aceptar las emociones desagradables, además, tienen un componente muy importante, y es que cuando no luchamos contra ellas, sino que aprendemos a tenerlas al lado, es mucho más fácil canalizarlas y hacer lo que consideramos más oportuno que si estamos queriendo quitárnoslas del medio.
  • Ganar conciencia de nuestros pensamientos y emociones. Ni todo lo que pensamos es cierto, ni todo lo que sentimos tiene que tener su sentido. A veces podemos tener ansiedad pero no estar en peligro, o podemos sentir culpa sin ser culpables de las situaciones. No se trata de eliminar esa culpa ¡ojalá fuese tan fácil! Sino de ser conscientes de esas emociones que tenemos, observarlas y actuar de una forma distinta a ellas (si la situación lo requiere).
  • Da rienda suelta a la inteligencia emocional. Estar en cierta sintonía con nuestras emociones significa muchas cosas. Primero hace falta conciencia emocional, después, dar nombre a esas emociones que sentimos, y posterior a eso, reflexionar, actuar conforme lo consideremos oportuno.
  • Escucha tus emociones
    • Identifica qué te están queriendo decir
    • Exprésalos, no necesariamente tiene que ser con alguien, puedes expresarlo a través de muchos medios contigo mismo
    • Compréndelas, puedes ver si tienen algún significado, quizá no lo encuentres, no pasa nada
    • Reflexiona sobre ellas, si pueden ser útiles en la situación que te encuentras o no
    • Actúa conforme o no a ellas, puedes elegir

Y recuerda que siempre que lo necesites, puedes contactar con nosotras.

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