La agorafobia podríamos definirla como un miedo irracional e intenso a encontrarse en lugares desde donde es complicado escapar o disponer de ayuda. Normalmente se identifica y acaba desembocando en un miedo a salir de casa. Muchas personas están padeciendo miedo a salir de casa en la pandemia.
¿Podríamos decir que el miedo a salir de casa en la pandemia es agorafobia?
Realmente no. Sin embargo, en personas que padecían con anterioridad de este problema, puede que tras una temporada confinados sin exponernos a la calle, estos síntomas de ansiedad vuelvan a aparecer. Pero también puede pasar que personas con miedo a la enfermedad, tengan un aumento en sus síntomas somáticos, y aquellos que padecían de algún trastorno obsesivo compulsivo agraven sus rituales de lavado hasta extremos insospechados.
El miedo a salir de casa en la pandemia, y más concretamente después del confinamiento, durante la desescalada, es un miedo natural que padeceremos muchos de nosotros sin necesidad de tener ningún tipo de psicopatología, síndrome o conducta disfuncional. Por lo que si lees por ahí ese llamado “Síndrome de la cabaña”, te aconsejo que no lo trates como algo patológico. Esto no es más que una reacción natural de nuestro organismo que nos sigue avisando de que tomemos precauciones, puesto que seguimos estando en cierta medida expuestos al riesgo de contagio.
Imaginaos, ¿cómo sería salir a la calle sin ningún tipo de miedo ni ansiedad ante el contagio?
Seguramente no usaríamos mascarillas, ni mantendríamos la distancia de seguridad. El miedo a salir de casa en la pandemia es un miedo hasta cierto punto útil y adaptativo, pues nos ayuda a protegernos y mantenernos a salvo.
¿Cuándo este miedo se convierte en un problema real?
Existe mucha variabilidad de acciones y determinaciones en este momento. Gente que decide no trabajar durante este período, otros que desde que podemos, lo hacen, gente que prefiere usar el teletrabajo porque puede elegirlo, e incluso gente que deja sus puestos de trabajo porque no quiere exponerse al contagio por tener familiares de alto riesgo. En este contexto tan variado ¿qué debería hacer yo? ¿es mi miedo a salir de casa en la pandemia un miedo real o es desproporcionado?
A veces hay que valorar más de un factor. ¿Eres población de riesgo? ¿Tu trabajo te expone? ¿Tienes la posibilidad de teletrabajar? Es natural que, mientras puedas evitar el contagio al máximo posible, lo hagas. Ahora bien, cuando este miedo nos impide, por ejemplo, ir al supermercado (a pesar de llevar medidas de seguridad), nos impide ir a caminar por zonas relativamente seguras donde sabemos que no hay apenas gente y podemos mantener las distancias de seguridad… cuando los pensamientos sobre el contagio y la ansiedad son muy elevadas y gastamos mucho tiempo y esfuerzo en ellos… estaríamos hablando de que el miedo se habría convertido, seguramente, en una fobia.
¿Qué debería hacer para afrontar el miedo a salir de casa en la pandemia?
- Ejercicios de visualización. Los ejercicios de visualización como exposición previa a salir a la calle suelen ser muy útiles. Anticipamos todo lo que nos podemos encontrar y nos genera cierta sensación de seguridad para afrontar el proceso. Puedes imaginar cómo bajarás las escaleras, cómo abrirás la puerta del portal, qué sentirás al salir a la calle, cómo olerán las calles, e imagina poco a poco el recorrido que vas a ir haciendo hasta que estés de vuelta en casa.
- Exposición gradual a la calle. No tenemos que necesariamente salir disparados el primer día que nos dejan y recorrernos todo nuestro municipio. Si notas que tienes bastante ansiedad con solo imaginarte salir de casa, puedes ir proponiéndote retos pequeños, por ejemplo: primero saldré hasta la puerta del portal. Al día siguiente iré hasta el final de la calle. Posteriormente me daré la vuelta a la manzana. Y así sucesivamente hasta que consigamos salir con normalidad.
- Ejercicios de respiración diafragmática. Cualquier tipo de relajación puede servirte, pero la respiración diafragmática está especialmente indicada para la ansiedad moderada. Puesto que esta ayuda a disminuir el tono muscular, los latidos del corazón, etc.
- Atención plena o mindfulness. Otra herramienta que puedes entrenar es la atención plena, no como estrategia de distracción (nunca, puesto que ese no es el objetivo de esta práctica) sino para que aprendas a reconducir la atención hacia aquellos estímulos que se encuentran en el momento presente (temperatura, sensación de tus pasos en el suelo, respiración, etc.) y aprendas a aceptar las sensaciones de temor que sientes en esta situación de miedo a contagiarte en la pandemia.
Hay muchísimos más recursos, si necesitas más información para que te ayudemos con este proceso, no dudes en escribirnos. Siempre que lo creas conveniente, recuerda que puedes solicitar una cita presencial u online con nosotras.