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Señales que nos indican que un niño sufre carencias emocionales

Como padres y madres siempre intentamos que no les ocurra nada a nuestros hijos o hijas. A veces debido al estrés del día a día nuestros hijos pueden sufrir carencias emocionales..

La carencia afectiva es la falta de cuidados, atenciones o cariño que son imprescindibles para un adecuado desarrollo integral del niño. Somos seres emocionales que necesitamos de las muestras de afecto: abrazos, cariño, dedicación, etc. Se puede sobrevivir sin afecto, pero la falta de éste tiene consecuencias en el desarrollo y puede ser origen de diversas dolencias que pueden llegar hasta la vida adulta. Existen numerosas señales que nos indican que un niño sufre carencias emociones, como síntomas físicos o psicológicos, que explicaremos a continuación.



¿Cuáles son las señales que nos podrían indicar carencias emocionales en un niño?

Las señales que nos indican que un niño sufre carenciales emocionales, podemos resumirlas en:

  • Síntomas físicos como enuresis, insomnio, falta de apetito, irritabilidad, ansiedad, etc.
  • Falta de autoestima. Dificultad para quererse a sí mismo.
  • Problemas en las relaciones interpersonales, tanto en la relación con iguales como con el resto: aislamiento social, dependencia, etc.
  • Falta de control, tanto de las emociones: rabietas, ataques repentinos de llanto; como del comportamiento: impulsividad, agresividad.
  • Adicción a las tecnologías.
  • Trastorno de déficit de atención, problemas de trastorno del lenguaje.
  • Trastornos de alimentación. Al no encontrar motivo aparente para sus carencias en el plano emocional, aumenta de manera desproporcionada la exigencia consigo mismo, culpa a su imagen corporal

Es posible que las carencias emocionales de un niño estén justificadas porque el exceso de trabajo, el estrés, las preocupaciones y problemas de los adultos nos estén impidiendo atenderle de una manera adecuada. En otras ocasiones es la personalidad el niño o su sensibilidad la que percibe que no está recibiendo la adecuada dedicación.



Pautas para prevenir las consecuencias de las carencias emocionales

  • Establecer un tiempo diario de interacción familiar, dejando aparte el trabajo o  las preocupaciones. Bajo ningún concepto sustituir este tiempo dejando al menor usando tecnologías o sustituirlo con la compra de algún regalo.
  • En el entorno escolar es donde seguramente se percaten antes de la problemática, por lo que sería adecuado establecer contacto con el profesorado que atiende a nuestro hijo para saber cómo es su comportamiento, ritmo de aprendizaje y socialización.
  • Fomentar las relaciones con niños de su misma edad. Si no hay niños en nuestro entorno fomentar la relación entre iguales animándoles a apuntarse a alguna actividad que les guste. Intentar que sea de manera real, alejados de las pantallas.

Inteligencia Emocional en Niños

La Inteligencia Emocional mide la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos y manejarlos adecuadamente. Se considera esencial para vivir relaciones personales positivas y maduras. Sin embargo, la Inteligencia Emocional en niños queda relegada a un segundo plano en la mayoría de ocasiones, a pesar de ser básica para la vida. Como padres nos preocupamos por nuestros hijos —no solo de atender sus necesidades básicas— y procuramos que estén bien alimentados y vestidos, tengan un hogar confortable y reciban la formación más completa posible. Pero se tiende a programar todo su tiempo quitándoselo a lo más esencial, que responde a las preguntas: quién soy, cómo soy y qué siento. De esto se ocupa la educación emocional, en la que podemos enseñar a los niños a viajar hacia su interior y reflexionar sobre los sentimientos.




Conclusión

Hemos visto cómo las carencias emocionales en la infancia tiene sus consecuencias, por ello debe ser un profesional el que decida las pautas a seguir y cómo afrontar el problema. A veces la presión social incentiva estas conductas, cuando es la comunidad la que está decidiendo cómo actuar con los hijos. Determinar el origen de esas carencias emocionales, es fundamental y como las gestionamos es el punto de partida y en nuestro Centro de Psicología Vivae Psicólogos en Fuengirola dispone de una especialista en Neuropsicología infantil y educativa que estará a vuestra disposición para cualquier consulta que le queráis hacer en comentarios o por teléfono.


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