Educar a los niños es una tarea muy compleja y difícil. Se deben considerar muchos factores para implementarlo. En particular, es importante prestar mucha atención a la personalidad de los niños, ya que esto determina que no todos los niños serán atendidos con las mismas medidas o acciones que la educación de adultos. Por ello, muchos padres y madres se preguntan qué rasgos definen la personalidad de los niños.
La personalidad infantil
Aunque tenemos algo en común, todos los seres humanos somos únicos y singulares, y hay muchas diferencias que nos hacen peculiares y diferentes. Las personas son productos con una base biológica y psicológica, con las características de nuestro entorno e historia existente.
Podemos decir que tienen un impacto junto con otros factores genéticos. La construcción de la personalidad no es un evento de carácter específico, sino un proceso interrumpido a lo largo de todo el ciclo vital. Su evolución se da de forma ordenada y automática.
Según Wallon el desarrollo de la personalidad surge a través de una serie de etapa. En un primer lugar la etapa sensorio-motora comprende de 0 a 3 años y una posterior, llamada etapa del Personalismo de 3 a 6 años:
Etapas en la personalidad infantil
En primer lugar la etapa sensorio-motora comprende de 0 a 3 años y se producen las siguientes adquisiciones:
- Diferencia entre el yo y él no yo
- Adquieren conciencia de la diferencia que hay entre sus acciones y las de los demás
- Conciencia de lo que es suyo y de lo que pertenece a los otros
Posteriormente se da la etapa del Personalismo (de 3 a 6 años)
- Fase de oposición: Niño o la niña ha descubierto suyo y necesita reafirmarlo en la medida en la que se opone a los demás, tensando la convivencia cotidiana. Los progresos lingüísticos le posibilitan la utilización de pronombres personales y que se refiere a sí mismo en primera persona y no en tercera persona como ocurría antes. La actitud de oposición constante y sistemática, cumple su papel, (fortalece el yo) y conduce a un cambio de actitud
- Fase de gracia: se da a los 4 años y en ella el niño o niña pretende garantizarse el afecto de los demás, para lo cual seduce a los demás mediante sus gestos, palabras y acciones. Las gracias del niño o la niña no siempre resultan ser tan graciosas para quienes le rodean, dicho de otra forma, no garantiza su admiración y afecto incondicional y por ello surge la siguiente fase.
- Fase de imitación de los modelos adultos: 4 y 5 años. Empiezan a imitar las características de las personas que admira (el padre para el niño y la madre para la niña) que garantiza su aprobación y afecto, y acaba por convertirse en identificación con ellos.
Una vez explicado las etapas de la personalidad infantil , a continuación, te damos a conocer cuáles son los principales rasgos que vienen a definir esa personalidad que tienen los niños.
6 rasgos que definen la personalidad en niños
Nivel de distracción
Una característica que marca la personalidad de un niño es el grado de distracción. En base a estas características, podemos encontrar menores que están concentrados en todo y no se distraen fácilmente. Pero también los que debido a que están constantemente «distraídos», parecen incapaces de concentrarse y mantener la calma durante un tiempo.
Reacción
Otra rasgo de la personalidad de cualquier niño o niña es su reacción ante cualquier situación. En este caso, nos encontraremos con dos tipos de menores:
Tranquilos y suaves. Estos niños se mantienen relajados y no se quejan.
Intensos, pueden producir varios berrinches, gritos, llanto …
Las rabietas infantiles: ¿Problema de conducta?
Es normal que los niños pierdan los estribos de vez en cuando. Cuando quieren algo o simplemente se sienten cansados, patean, lloran o incluso se tiran al suelo. No obstante, si pierde los estribos todos los días, esto puede ser un signo de comportamiento preocupante. Por ello me preguntan muchas madres y padres ¿son las rabietas infantiles un problema de conducta?
Capacidad de adaptación
Uno de los factores más importantes que determinan su personalidad es su capacidad de adaptación a los cambios. En este caso, podemos estar seguros de que algunos niños tienen dificultades para aceptar cualquier cambio en sus vidas. Requerirán que procedan de forma gradual en lugar de repentina. Y otros que que se adapten fácilmente a estos desarrollos.
Actividad que realiza
Quizás no lo sepas, pero las actividades realizadas son la clave para determinar la personalidad de un menor. En este caso, podemos determinar la existencia de dos tipos de niños: niños tranquilos (pueden disfrutar de actividades sedentarias) y niños activos (que requieren tareas frecuentes).
Regularidad
Se refiere a la regularidad de funciones biológicas como el hambre, el sueño o las deposiciones, entre otras.
- Los niños muy regulares facilitan a los padres la organización del día, aunque por otro lado, es difícil cambiar sus actividades diarias antes de viajar u otros imprevistos.
- Los niños irregulares no comen ni duermen bien hasta que los padres se dan cuenta de que carecen de un ritmo estable. A estos es conveniente imponerles un horario con delicadeza. Incluso si su ritmo interior no es fijo, irse a la cama a una hora determinada puede hacerles sentir que la vida es predecible. Estos niños pueden tardar más en aprender a controlar el pipí y la caca por lo que deben ser especialmente tolerantes.
Tipo de humor
En algunos casos domina la alegría, en otros domina la seriedad y la ira. Averiguar el tipo de nuestros hijos es muy fácil:
- Los alegres
Los peques felices son una delicia, pero es conveniente estar alerta para ver la frustración o malestar detrás de su sonrisa, porque no son tan fáciles de expresar como las personas de mal humor.
- A los serios
Las personas serias deben sentir que las amamos y las valoramos como son. Las encontraremos encantadoras, no necesariamente haciendo monerías todo el tiempo.
Conclusión
Sabiendo estos rasgos de personalidad en los niños, son los padres cómo deben actuar en cada situación. Es a través de estas características que podrán aprender desde cómo darles buenas o malas noticias hasta cómo inculcarles valores, cómo imponerles castigos cuando sea necesario y cómo capacitarlos para llevar una vida equilibrada y saludable.
Por lo tanto si como padres y madres os encontráis que alguna situación, donde la personalidad de vuestros hijos esté llevando a conflictos en la escuela, o en la familia, no dudéis en acudir a un profesional. En Vivae Psicólogos tenemos especialista en terapia familiar, en terapia de parejas, en terapia infantil, neuropsicosicología infantil y educativa.